Velilla - Jerónimo de Lomas Cantoral
Jerónimo de Lomas Cantoral - Valladolid (1540-1600)
CANTO PINCIANO
Pincia, dichosa villa, a quien ha sido
tan benigno y amigo el alto cielo
que de un humilde valle la ha subido
a tal cumbre y honor en todo el suelo
que del Elice al Indo se ha estendido
su fama con altivo y presto vuelo,
y en tanta reverencia está tenida
que a toda patria en todo es preferida.
En ella capitanes valerosos
que exceden en prudencia y valentía
a los claros romanos animosos
a quienes todo el orbe obedecía;
en ella sabios más que los famosos
de la antigua ateniense academía,
virtud, justicia y policía en ella
tal que por toda parte es rica y bella.
Soberbios edificios, gran alteza
de fuertes torres y gallardo muro,
mil ricos templos donde con pureza
y fe se siembra para el bien futuro.
En ella la beldad y gentileza
vive y florece en el ser más puro,
y aunque en tan llano sitio todo puesto,
al cielo se avecina en vuelo presto.
La belleza del prado entretejiendo
por él el agua con diverso viso
los verdes salces que le van haciendo
un bello y deleitoso paraíso;
de la blanca azucena despidiendo
tal vez con blando soplo y del narciso
dorado olor suave, el viento leve
a sueño dulce invita y a amor mueve.
Júntase a todo esto el sacro río
sobre una urna de cristal bañando
con su fecundo y largo regadío
el dichoso terreno, que va dando
mil flores en verano, y en estío
mil varios fructos con que está mostrando
su frente y su cabeza coronada
sobre la urna y brazo reclinada;
en la cual, con ingenio artificioso,
se muestran esculpidos varios ramos
de flores llenos y boscaje umbroso,
aves volando y mil ligeros gamos,
mil pastores ardiendo en fuego honroso,
mil ninfas cuyos nombres no tocamos,
y todo tan al vivo, siendo vano,
que mueve a ser tocado con la mano.
Nunca el Caístro, el Tesín, ni el Tebro,
ni el Gange o Nilo, el Arno o el Lorano,
ni el rico Tajo o caudaloso Ebro
dieron tan fresco y celestial verano
cual tú, sacro Pisuerga, a quien celebro,
ni son, cual tú, del gran padre Oceano
benigna y blandamente recibidos,
ni en tanto honor y ser constituidos.
(Recogido de la “Tesis Doctoral de Las obras de Jerónimo de Lomas Cantoral, en tres libros divididas: estudio y edición” de Inés Valverde Azula – Madrid 2016)
CANTO PINCIANO
Pincia, dichosa villa, a quien ha sido
tan benigno y amigo el alto cielo
que de un humilde valle la ha subido
a tal cumbre y honor en todo el suelo
que del Elice al Indo se ha estendido
su fama con altivo y presto vuelo,
y en tanta reverencia está tenida
que a toda patria en todo es preferida.
En ella capitanes valerosos
que exceden en prudencia y valentía
a los claros romanos animosos
a quienes todo el orbe obedecía;
en ella sabios más que los famosos
de la antigua ateniense academía,
virtud, justicia y policía en ella
tal que por toda parte es rica y bella.
Soberbios edificios, gran alteza
de fuertes torres y gallardo muro,
mil ricos templos donde con pureza
y fe se siembra para el bien futuro.
En ella la beldad y gentileza
vive y florece en el ser más puro,
y aunque en tan llano sitio todo puesto,
al cielo se avecina en vuelo presto.
La belleza del prado entretejiendo
por él el agua con diverso viso
los verdes salces que le van haciendo
un bello y deleitoso paraíso;
de la blanca azucena despidiendo
tal vez con blando soplo y del narciso
dorado olor suave, el viento leve
a sueño dulce invita y a amor mueve.
Júntase a todo esto el sacro río
sobre una urna de cristal bañando
con su fecundo y largo regadío
el dichoso terreno, que va dando
mil flores en verano, y en estío
mil varios fructos con que está mostrando
su frente y su cabeza coronada
sobre la urna y brazo reclinada;
en la cual, con ingenio artificioso,
se muestran esculpidos varios ramos
de flores llenos y boscaje umbroso,
aves volando y mil ligeros gamos,
mil pastores ardiendo en fuego honroso,
mil ninfas cuyos nombres no tocamos,
y todo tan al vivo, siendo vano,
que mueve a ser tocado con la mano.
Nunca el Caístro, el Tesín, ni el Tebro,
ni el Gange o Nilo, el Arno o el Lorano,
ni el rico Tajo o caudaloso Ebro
dieron tan fresco y celestial verano
cual tú, sacro Pisuerga, a quien celebro,
ni son, cual tú, del gran padre Oceano
benigna y blandamente recibidos,
ni en tanto honor y ser constituidos.
(Recogido de la “Tesis Doctoral de Las obras de Jerónimo de Lomas Cantoral, en tres libros divididas: estudio y edición” de Inés Valverde Azula – Madrid 2016)
Fotos realizadas en Diciembre de 2015
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